‘Si le vas a pegar a mi mamá, pégame a mí primero’. Le dije a mi padre cuando todavía era una niña, sin saber que al decir esto le ponía punto final a la violencia que ella vivía.
Ese momento y los años siguientes me mostraron que cuestionar no era quejarse en vano, sino una forma de empezar a generar cambios para luchar contra la violencia machista y contra los estereotipos que nos imponen. A los 16 años me uní a organizaciones juveniles para formarme como defensora de los derechos de las mujeres y comencé a cuestionar estereotipos en mi colegio, en mi barrio, con mis amigos y con mi familia.

Recuerdo que una vez choqué con mi tío cuando me dijo que debía ser delgada, que debía cuidarme para lograrlo. Le dije ‘así me quiero. No necesito cambiar o adelgazar para sentirme bien’.

Hoy a los 21 años soy activista de Actúa, he terminado mi carrera como parvularia y espero que cuando trabaje con niños y niñas pueda transmitir y enseñar lo importante que es prevenir la violencia machista, es un compromiso que he hecho conmigo.

Si vives una situación de violencia machista y no sabes a quién acudir ‘llámame a mí’, eso siempre les digo a jóvenes que conozco. Siempre hay personas a tu alrededor que van a ayudarte a salir de esos vínculos que te violentan. No seré una heroína, pero desde donde esté seguiré luchando.





"Siempre habrá personas a tu alrededor dispuestas a ayudarte a salir de esos vínculos que te violentan."